Defectos durante la replicación del ADN, especialmente en sus genes reparadores, pueden provocar una neoplasia maligna a futuro. Cuándo el ADN se replica puede haber errores que son reparados por estos genes, si estos a su vez mutan y no son eliminados pueden favorecer el desarrollo de una célula anómala, esta se tornará más maligna por un proceso de evolución clonal, que acumula con la edad mutaciones génicas sucesivas y cambio epigenéticos por exposición a factores ambientales, lo que desencadenará la adquisición de un carcinoma durante la madurez.
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