Los genes sensibles a fármacos, también conocidos como genes suicidas, constituyen uno de las terapias génicas con mayor trascendencia en el tratamiento del carcinoma gástrico. Actúan incrementando la susceptibilidad del tumor a la quimioterapia mediante la expresión de un gen suicida que codifica una enzima, capaz de catalizar la conversión de un profármaco no tóxico en un metabolito tóxico potente y de corta duración que difunde desde la célula tumoral en la que se produce y elimina las células tumorales que la rodean, además no ingresa en la circulación sistémica ni causa efectos secundarios.
En el caso del cáncer de estómago el sistema suicida (enzima/profármaco) más utilizado es: el gen de la timidina-cinasa del virus del Herpes simple (HSV-tk) (gen suicida), y como profármaco, el ganciclovir (GCV), cuyo producto metabólico tóxico es el deoxitimidina trifosfato, un análogo de la purina que inhibe la ADN polimerasa e induce apoptosis como resultado del arresto del ciclo celular.
Bibliografía: